Una vida entera se siente sin motivo al ver lo que haces, y verme sometida, queriendo estar libre de esta herida incurable. No quiero una despedida, no te alejes. No quiero una mentira, y no quiero escuchar la verdad. Llorando a solas, vivo en mi canto precipitado convirtiendo mis susurros en dagas corta aliento… El no tomar una decisión a tiempo pasa la cuenta y la sonrisa lo paga, ya no me creo nada de lo que pueda decir, me has robado más que mi ilusión.
No, ya no tengo corazón, es ya solo un musculo sin la obligación de mantenerme en pie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por detenerte a leer esto, es muy importante para mi saber que crees de esta publicación... Comparte tu opinión...