No hagas de esta complicidad una tragedia, ya no puedo más del temblor nervioso, no puedes hacerlo. Antes de definir como me siento, quisiera pensar cómo podría acostumbrarme a lo que me explicas, no puedo dejarte… No me dejes tú. No recuerdo cómo era antes de sentirte conmigo en las sombras, no tengo derecho a decirte nada, eso no implica escribir, en nuestro único pacto lo acordamos, no somos nadie ni nada para juzgarnos… No empezaré ahora.
Ya no sé cómo actuar, realmente me siento perdida entre los dos mundos que realizamos juntos. Volverás como siempre lo haces pero cada vez que te alejas algo de miedo y sentimientos, van aumentando en mí. Si seguimos así no tendré mas remedio que borrarte y no podría seguir así…
No empecemos a volar sin nuestra soga roja, o qué será… Comenzar de cero me dices, pero como si nunca dimos comienzo a nada, no puedo dar vuelta atrás para olvidar algo que no quiero.
Mi pecado amado, seguirás siendo eso, aunque no queramos, ya no podemos renunciar.
Te esperaré sin esperarte, te desearé sin hacértelo saber esta vez, puedes alejarte y hacer de tu vida lo que quieras, pero no podemos renunciar a algo que existe mucho antes de descubrirlo. Recordarás en ella cada mirada mía, y yo tus labios en los suyos. Inevitable, algún día uno de nosotros querría dejar al otro pero por qué me dices, siempre serás mía con nuestro sello. Eso es un volveré? O un hasta siempre… Tan confuso como en un principio.
Si te pierdes, me encontrarás, no lo olvides.
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