Cuando realmente nos damos cuenta que debemos hacer algo para cambiar el presente de las situaciones cotidianas, no siempre estamos a tiempo de hacerlo, existe el miedo a romper la costumbre. Te adaptas de tal forma a un día a día, sin cambios, una vida totalmente monótona, y nos sometemos a ella sin darnos cuenta de la variación faltante para sentirnos con vida. Es malo acostumbrarse a cualquier cosa, nada es tan duradero, los recuerdos, cosas, personas, paisajes... Todo cambia, nada permanece, olvidas, pierdes, mueren y transforman...
Avanzar siempre con los ojos en el retrovisor, no te lleva tan lejos como esperabas. Tan acostumbrado a texturas, sabores, palabras... Si te cambian algo en tu día quedas perplejo, te sobresaltas.
Cómo será cambiar un mínimo detalle, inventar y ponerle otro nombre a cada cosa...
Cambiar la presencia de alguien, por la ausencia... Que todo tu alrededor sea... Diferente... Puede cambiar más de un detalle... Aún así, debes seguir.
No vale la pena seguir mirando ese retrovisor sobre tus ojos, si no miras adelante puedes tropezar, algo tan lógico y algo que sabes muy bien... Llevarlo a nuestra manera de ver la vida, difícil no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por detenerte a leer esto, es muy importante para mi saber que crees de esta publicación... Comparte tu opinión...