Como observábamos juntos el cielo sin estar en el mismo
camino, como me aferraba a continuar con la fantasía de un hechizo que tan solo
con un adiós rompías.
Una aventura como ninguna, un perfecto texto que se consumía mientras más te
acercabas al clímax amoroso de los personajes de la novela romántica trágica
que me hiciste escribir sobre mi cuento de hadas.
Ojos vacíos que me parecían repletos de dulces pensamientos.
Las lágrimas que cayeron las seque detrás de las puertas en las que intentaba ahogar los gritos mudos de este corazón que quedó en el ayer, en tu loca aventura, tu hechizo.
Quise sacar las sensaciones de vacío y las llene con sonrisas fáciles que se quemaron apenas veía tus dientes mordiendo los labios, escuchar tu risa juguetona, ver tu forma arrogante de caminar, tus gestos nerviosos al intentar abrazarme, esa manía de hacer que te convine todo lo que llevas encima.
Hay algo peor que ser parte de tu lista de pasado prohibido y olvidado,
es tomar un vodka amargo son sabor a tus labios.
Ojos vacíos que me parecían repletos de dulces pensamientos.
Las lágrimas que cayeron las seque detrás de las puertas en las que intentaba ahogar los gritos mudos de este corazón que quedó en el ayer, en tu loca aventura, tu hechizo.
Quise sacar las sensaciones de vacío y las llene con sonrisas fáciles que se quemaron apenas veía tus dientes mordiendo los labios, escuchar tu risa juguetona, ver tu forma arrogante de caminar, tus gestos nerviosos al intentar abrazarme, esa manía de hacer que te convine todo lo que llevas encima.
Hay algo peor que ser parte de tu lista de pasado prohibido y olvidado,
es tomar un vodka amargo son sabor a tus labios.